El tiempo es un canalla


Cuando leí Manhattan Beach me gustó bastante el estilo de Jennifer Egan, por eso desde entonces tenía ganas de leer algo más de esta autora. Y me llamaba especialmente la atención la novela con la que había ganado el Premio Pulitzer en 2011: El tiempo es un canalla.
Por eso en cuanto pude me hice con esta novela, y hoy me paso por aquí para contarte que me ha parecido.







El tiempo es un canalla

AUTORA: Jennifer Egan
EDITORIAL: Minúscula
AÑO: 2011
GÉNERO: Ficción literaria
NÚMERO DE PÁGINAS: 407






ARGUMENTO:

En plena crisis de madurez, Bennie Salazar, que en los setenta formó parte de una banda de punk y ahora es un alto ejecutivo de la decadente industria discográfica, se echa copos de oro en el café para recuperar el apetito sexual. Sasha, su asistente, después de haber viajado mucho y no siempre en circunstancias felices, se trata de su cleptomanía con un psicoanalista que viste jerséis estrambóticos.
En torno a ellos se despliega una variopinta red de personajes, desde una relaciones pública que intenta lavarle la imagen a un general genocida hasta un periodista que ha estado en prisión por abusar de una estrella de cine adolescente.


Con el rock palpitando en cada una de sus páginas, El tiempo es un canalla es un entramado cautivador que pasa por lugares  como Nueva York, San Francisco, Kenia, Nápoles o el desierto de California, y cubre un período que va de los años setenta hasta el 2020.
La mirada punzante de Jennifer Egan aúna lo cómico y lo trágico, y consigue que los fragmentos de tiempos y espacios dispersos converjan en una novela polifónica e innovadora que recurre a técnicas narrativas insólitas para acabar trazando un lúcido retrato de la era digital.





OPINIÓN:

El tiempo es un canalla es una original novela coral, de lectura fácil y rápida, narrada de una manera muy distinta a la habitual, saltando en cada capítulo de unos personajes a otros, de una época a otra y de una localización a otra.



Esta novela tiene, por tanto, una estructura diferente a la habitual y muy original. Que abarca, sin ningún orden cronológico concreto, un lapso de tiempo que va desde los años 70 hasta un futuro cercano situado en la década del 2020.

Cada capítulo nos cuenta una historia independiente pero entrelazada con todas las demás (en mayor o menor medida) a través de sus personajes, que van coincidiendo unos con otros en distintos momentos de su vida.
De esta peculiar manera Jennifer Egan va entrelazando unos capítulos con otros y creando una especie de puzzle compuesto por distintas historias y personajes. Un puzzle que nos muestra algunos de los episodios más importantes de las vidas de los protagonistas, y que nos habla del paso del tiempo, de las relaciones humanas y del amor.



De esta peculiar manera vemos como van cambiando los protagonistas del libro, como con el paso del tiempo han pasado del punto A (o la cara A, como si de una cinta o un vinilo se tratara) al punto B (o cara B). Pero también como ha cambiado la sociedad, la forma de relacionarse, las formas de comunicarse, etc.
Todo esto con la música, o la industria musical, como fondo en muchos de los capítulos.



Aunque en esta novela aparecen bastantes personajes, quizá los dos con más peso en la historia, o los que tienen más relación (directa o indirecta) con otros personajes, son Bennie y Sasha, un productor musical y su secretaria. De ahí que la música que Bennie toca o produce esté presente de alguna manera en varios de los capítulos.

Todos los personajes de El tiempo es un canalla son, han sido o serán (según el capítulo que estemos leyendo y la época en la que éste transcurra) personajes imperfectos, algunos hasta decadentes. Todos tienen vicios, pasados conflictivos, vivencias complicadas o comportamientos poco apropiados; lo que hace que sea muy difícil identificarse con ellos o ponerse en su lugar. Sin embargo, por algunos de ellos resulta fácil sentir cierta lástima (y hasta simpatía) al ver como el paso del tiempo los va arrastrando de un tipo de vida a otra.



En resumen, El tiempo es un canalla es una novela compleja y sencilla a la vez. Sencilla por lo que cuenta y por la facilidad con la que se lee, y compleja por la original forma en que está narrada.
Una novela que me ha gustado mucho y que sin duda recomiendo. Con unos personajes que también me han gustado y un final que me ha parecido redondo, ya que, a pesar de cambiar de personajes, lugares y épocas en cada capítulo, el final de la novela me dejó la sensación de que la autora había conseguido cerrar el círculo de esta historia.
Además, es una novela que consigue crear en el lector cierta melancolía y le hace plantearse a donde le llevará el futuro. Porque el tiempo es un canalla y, queramos o no, no para de avanzar y va transformándolo todo.








PUNTUACIÓN:

7'8/10





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