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Un famoso actor es acusado de los asesinatos de su mujer y de su jefe de seguridad. Él jura ser inocente y su abogado, Eddie Flynn, le cree. Y hace bien en creerle, ya que, como deja claro la portada de este libro, el verdadero asesino no es el acusado, sino alguien que estará entre el jurado intentando por todos los medios que declaren culpable de su delito a otro.

Además de desvelarnos esto en la portada, la novela alterna capítulos narrados en primera persona por el protagonista, Eddie Flynn, con otros narrados en tercera persona en los que seguiremos los pasos de su antagonista, Joshua Kane, el asesino. Así que el lector sabe que el acusado es inocente y conoce el nombre del asesino y sus intenciones desde el principio. Algo que no le resta interés a la historia, que aún así consigue mantenerte enganchad@ y hasta te sorprende con algún giro inesperado en la parte final del libro.

La acción transcurre en apenas una semana, que es lo que durará el mediático juicio. Una semana durante la cual Flynn, un avispado ex estafador que ahora trabaja como abogado defensor, intenta reunir pistas y pruebas que le permitan demostrar la inocencia de su cliente y descubrir al verdadero culpable. Mientras Kane, un asesino en serie inteligente, frío, metódico, despiadado y muy interesante, intenta conseguir una plaza en el jurado y asegurarse así de que declaren culpable al actor.

Una novela entretenida y fácil de leer, que me ha gustado bastante y que me tuvo intrigada prácticamente de principio a fin. Un thriller de esos en los que las páginas pasan casi sin que te des cuenta y que una vez lo empiezas ya no lo puedes soltar.