La trenza


Siempre veía opiniones muy positivas de La trenza, de Laetitia Colombani, pero no me decidía a leerlo por miedo a que no fuera un libro para mí. 
Hasta que hace un par de meses por fin me animé a probar suerte con esta novela de poco más de doscientas páginas.







LA TRENZA





INDIA. En Badlapur, la intocable Smita sobrevive recogiendo los excrementos de unas casta superior. Resignada a su condición, está decidida en cambio a que su hija no siga sus pasos: la pequeña irá a la escuela y su vida será digna y provechosa, aunque para ello Smita tenga que desafiar las normas establecidas.

ITALIA. A Giulia le encanta trabajar en el taller familiar, el último de Palermo que confecciona pelucas con pelo auténtico. Hubiera podido ir a la universidad, pero dejó el instituto con dieciséis años para iniciarse en los secretos de este oficio. Cuando su padre sufre un accidente y Giulia descubre que el negocio está al borde de la quiebra, afronta la adversidad con valentía y determinación.

CANADÁ. Sarah es una abogada de éxito en Montreal que lo ha sacrificado todo por su carrera: dos matrimonios fallidos y tres hijos a los que no ha visto crecer. Un día, tras caer desmayada en el transcurso de un juicio, Sarah comprende que su vida ha dado un vuelco y que deberá escoger lo que de verdad le importa.

Smita, Giulia y Sarah no se conocen, pero tienen en común el empuje y el tesón de las mujeres que rechazan lo que el destino les ha reservado y se rebelan contra las circunstancias que las oprimen. Como hilos invisibles, sus caminos se entrelazan, formando una trenza que simboliza la voluntad inquebrantable de vivir con esperanza e ilusión.




Empecé a leer este libro un poco a ciegas (sabía que la opinión general sobre él era muy buena y poco más). Y al empezarlo me encontré con un libro de capítulos bastante cortos, que van intercalando las historias de las tres protagonistas: Smita, Giulia y Sarah. Tres mujeres muy diferentes entre sí, que viven en distintos continentes y que no se conocen entre ellas.

Smita vive en la India y es una intocable, la casta más baja dentro de la sociedad india. Sobrevive limpiando los excrementos de las castas superiores a cambio de sobras de comida. Un trabajo que heredó de su madre y al que también está destinada su hija.
Pero Smita quiere darle una vida mejor y más digna a su hija, y está decidida a hacer todo lo que pueda para conseguirlo.

Giulia vive en Italia. Es una joven que dejó los estudios para trabajar junto a su padre en el taller de pelucas de pelo natural de la familia. Un día su padre sufre un accidente y Giulia debe hacerse cargo del taller, lo que la lleva a descubrir que la empresa de la que depende su familia está al borde de la quiebra. 

Sarah vive en Canadá y es una abogada con una carrera brillante, a la que le ha dedicado todo su esfuerzo. Dejando en un segundo plano a su familia y a sus hijos, a los que apenas ve.
Pero una inesperada enfermedad hará que su carrera, por la que tanto ha luchado y a la que tanto tiempo ha dedicado, se desmorone. Lo que dará un giro a su vida y la obligará a replantearse sus prioridades.


La trenza está compuesta por las historias de estas tres mujeres fuertes, inteligentes y luchadoras. Que tendrán que hacer frente a situaciones difíciles y que, en su lucha por salir adelante, deberán romper con lo establecido.


No sabía muy bien que me encontraría en esta novela, ni si sería para mí. Pero estas tres historias sencillas y emotivas, que hablan de esperanza, lucha, dignidad, libertad y nuevos comienzos, me atraparon desde la primera página y me gustaron mucho más de lo que esperaba.
Ahora entiendo porque todo el mundo hablaba siempre tan bien de este libro de apenas doscientas páginas, que se lee en un suspiro.




7'5/10



1 Comentarios

  1. ¡Hola, Lorena!
    Es una escritora que siempre ha llamado mi atención, siendo novelista, directora de cine, actriz y guionista. Un libro que tengo pendiente, me contenta saber que te ha gustado, también me han recomendado "Las vencedoras", seguro que en algún momento caen en mis manos ;)
    Un abrazo.

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