Cuéntamelo todo
Después de un mes y algo de desconexión, ya va tocando ponerse un poco al día con las reseñas (o por lo menos intentarlo). Y empiezo por una de mis lecturas de principios de julio: Cuéntamelo todo, de Elizabeth Strout.
CUÉNTAMELO TODO
Es otoño en Maine y Bob Burguess, el abogado del pueblo, está inmerso en la investigación de un asesinato, mientras entabla una profunda amistad con la aclamada escritora Lucy Barton, que vive calle abajo con su exmarido, William. Juntos, Lucy y Bob salen a pasear y hablan de sus vidas, de sus miedos y remordimientos, y de lo que podría ser o haber sido. Lucy, por su parte, conoce por fin a la mítica Olive Kitteridge, que ahora vive en una urbanización de jubilados a las afueras de la ciudad. Pasan las tardes en el apartamento de Olive contándose historias sobre personas que han conocido —«vidas no registradas», las llama Olive— y, de paso, llenando de significado las suyas propias.
Esta novela nos lleva de nuevo al pueblo de Crosby, en Maine. Un lugar que conocimos de la mano de Olive Kitteridge y al que volvimos en la cuarta entrega de la serie Amgash o serie de Lucy Barton.
Y es que en Cuéntamelo todo Strout junta a los personajes principales de varias de sus novelas anteriores, como Lucy Barton y su marido William (que aparecen en Me llamo Lucy Barton, Todo es posible, Ay, William, Lucy y el mar), Olive Kitteridge (protagonista de Olive Kitteridge y Luz de febrero) o Bob y Jim Burgess (protagonistas de Los hermanos Burgess).
Por eso yo (que ya había leído en su día los dos libros de Olive y el primero de Lucy) he preferido leer los tres libros que me faltaban de la serie de Lucy Barton antes de ponerme con este, ya que quería conocer bien a los personajes y sus historias.
Aunque esta novela se puede leer de manera independiente sin ningún problema. Y menos mal, porque no he leído Los hermanos Burgess y en este libro la trama gira principalmente alrededor de Bob Burgess.
A través de historias y situaciones cotidianas (aunque en esta ocasión también hay de fondo un asesinato, pues Bob se encargará de defender a un hombre acusado de matar a su madre) la autora nos muestra el día a día de los personajes, haciéndonos partícipes de sus anhelos, sus inquietudes, sus secretos y sus sentimientos. Y lo hace enlazando las historias de unos y otros de una manera totalmente natural.
Así, veremos cómo Lucy y Olive entablan amistad y pasan el rato contándose historias sobre lo que ellas llaman vidas inéditas o vidas no registradas, cómo es la vida de Bob, cómo va evolucionando su relación con Lucy (con la que queda para dar paseos en los que se cuentan su día a día), qué ocurre en la vida de Jim (el hermano de Bob), etc.
Y así, a través de historias cotidianas, cercanas, y de personajes normales y corrientes (aunque un poco rotos), Elizabeth Strout habla de la vida, la amistad, la familia, las relaciones materno-filiales, la soledad, la culpa, la muerte, el amor. De compartir historias y de la complejidad del ser humano.
Y lo hace, como ya es habitual en ella, con una facilidad y naturalidad sorprendentes.
A pesar de la sencillez con la que esta narrado y de no tener mucha acción, Cuéntamelo todo me ha parecido un libro muy ameno, que me atrapó con facilidad y me gustó bastante.
Y no sé si es porque la historia se centra más en el personaje de Bob Burgess (que es al que menos conozco) o porque esta vez la narradora no es Lucy Barton, pero he disfrutado de esta lectura más de lo que me esperaba.
No sé si logrará colarse entre mis mejores lecturas de este año, pero está, sin duda, entre los tres libros de esta escritora que más me han gustado.
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