Hacía unos meses que quería leer El dios de los bosques, de Liz Moore. Así que en cuanto estuvo disponible en la biblioteca, no me lo pensé dos veces y me lancé a por él.
EL DIOS DE LOS BOSQUES
A primera hora de una mañana de agosto de 1975, un monitor de un campamento de verano descubre una litera vacía. Barbara Van Laar, la hija de los dueños del campamento, ha desaparecido. Pero no es la primera vez que sucede algo así en esa familia: hace quince años, el hermano de Barbara también se esfumó sin dejar rastro. ¿Cómo es posible que haya vuelto a pasar?
En el verano de 1975, mientras está de campamento en un bosque cercano a su casa, Barbara Van Laar desaparece sin dejar rastro. Una extraña desaparición que reabrirá viejas heridas, pues esta no es la primera desaparición que afecta a los Van Laar, una adinerada e importante familia, muy conocida en la zona. Quince años antes, cuando Barbara ni siquiera había nacido, su hermano Bear desapareció en el mismo bosque cuando tenía ocho años, y nunca fue encontrado.
Dos misteriosas desapariciones ocurridas en el mismo lugar y que afectan a la misma familia. ¿Simple casualidad o puede que, a pesar de haber pasado más de una década entre una y otra, ambas desapariciones estén relacionadas?
El dios de los bosques es una novela coral de intriga y drama familiar, con personajes bien construidos, interesantes y casi todos con algún secreto que ocultar.
Una historia narrada desde distintos puntos de vista y que salta entre el presente, donde seguiremos lo que ocurre con la desaparición de Barbara, y distintos momentos del pasado, en los que nos cuenta lo ocurrido cuando desapareció el pequeño Bear y nos muestra el pasado de distintos personajes.
Unos cambios de perspectiva y de época que pueden resultar algo confusos al principio y que hicieron que tardara un poco en entrar en la historia, pero que una vez me acostumbré, y ya teniendo claro quién es quién, no supusieron ningún problema.
A pesar de tener un ritmo pausado y una trama que avanza lentamente, la historia logró intrigarme y hacerme sospechar de unos y de otros, mientras me preguntaba qué es lo que les había ocurrido a los hermanos Van Laar, y hacía mis cábalas sobre si sus desapariciones estarían relacionadas y sobre quién o quiénes podrían estar detrás.
Tenía muchas ganas de leer este libro, ya que su argumento me llamaba bastante y había visto algunas opiniones muy buenas sobre él. Lo que hizo que lo empezara con ciertas expectativas, algo que ya sabemos que es mejor evitar. Pero a pesar de ello, y aunque no fue para nada el tipo de novela que me imaginaba y su ritmo lento hace que a veces parezca que la historia no avanza, ha sido una lectura que me atrapó, me entretuvo y me sorprendió para bien.
Quizá no sea un libro para todo el mundo y a algunas personas les pueda parecer demasiado lento, pero si tienes paciencia acaba atrapándote. A mí por lo menos me ha gustado bastante (ha sido una de mis mejores lecturas de este verano) y me ha dejado con ganas de leer de nuevo esta escritora.
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