Cara o cruz, la primera novela de Javier Ramos, es un libro de intriga que me ha sorprendido con una historia que para nada es la que imaginé al leer su sinopsis. Y que seguramente no hubiera conocido de no ser por Masa Crítica de Babelio, ya que apenas lo he visto en otros sitios (creo que una vez o dos en Bookstagram y nada más).
CARA O CRUZ
Una ciudad.
Dos asesinos.
¿Quién puede ponerle precio a una vida?
El homicida en serie conocido como el Asesino de las Monedas aterroriza al popular barrio del Raval, en Barcelona, sin que la policía pueda detenerle. Los muertos no tienen relación entre sí más allá de que junto a sus cuerpos aparece una moneda de cada vez más valor en función del estatus social de la víctima. El inspector Enrique Moreno trata de resolver los cruentos asesinatos bajo la presión social y política, pues se teme que el criminal tenga reservado el billete de quinientos euros para el rey de España. Joan Veiga, el periodista más famoso de true crime del país, le vigila de cerca para conseguir información exclusiva sobre el caso. Pero todo da un vuelco en la vida de Enrique cuando su familia se ve implicada en la investigación y aparece un segundo asesino en serie que persigue hombres para mutilarles los genitales. ¿Tienen relación ambos homicidas? ¿Logrará Enrique resolver los crímenes antes de que los miembros de su familia se conviertan en víctimas?
El protagonista de este libro es Enrique, un policía que mientras investiga el asesinato de un repartidor de Glovo descubre que este podría ser la tercera víctima de un asesino en serie al que apodarán el Asesino de las Monedas, ya que deja junto al cadáver una moneda de cada vez más valor, según el estatus social de la víctima.
Mientras intenta dar caza a este asesino antes de que haya más víctimas, aparece un segundo asesino en serie que mata y mutila a hombres. Este nuevo homicida llama la atención de Enrique, que empezará también a investigar este caso por su cuenta. Hasta que una persona muy cercana a él se ve implicada en el caso del Asesino de las Monedas, lo que hará que Enrique centre de nuevo su atención y obsesión en detener a este asesino.
Esta novela no ha sido, para nada, lo que me esperaba. Ya que pensé que sería una historia con una investigación de ritmo frenético, pero el inicio de la novela es algo lento y se centra más en el protagonista y en su historia personal que en los asesinos, las víctimas o la propia investigación. Lo que hizo que, a pesar de ser una novela de capítulos cortos y lectura fácil, me costara entrar en la historia, que parecía prometedora pero al ser más lenta de lo que esperaba no acababa de despertar mi interés. Y durante los primeros días me costó avanzar con la lectura.
Por suerte, en la segunda parte (la novela está dividida en un prólogo y tres partes) la cosa empieza a ponerse algo más interesante y el ritmo empieza a aumentar poco a poco. Hasta llegar a la última parte, en la que hay un giro inesperado, todo se desmadra y hay más acción, lo que acabó de atraparme.
Y es que Cara o cruz es un libro de suspense más oscuro de lo que puede parecer en un principio y que va de menos a más. Con un inicio lento y una parte final algo violenta que me ha sorprendido bastante, ya que nunca imaginé que la historia daría ese giro.
Además en él encontraremos algo de crítica social, ya que se habla de clasismo, violencia y de esos programas, series o documentales (los conocidos como true crime) que explotan el morbo, aprovechándose del sufrimiento, la muerte y las desgracias ajenas.
Quizá la última parte del libro peque un poco de excesiva y haya alguna situación algo inverosímil. Pero aún así, en conjunto, me ha parecido una lectura entretenida y algo diferente, en la que puede costar un poco entrar por su inicio lento, pero que poco a poco va a mejor.
No creo que vaya a estar entre mis mejores lecturas de este año, pero desde luego me ha sorprendido.
6'8/10












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